Los 10 elementos de la agroecología
Entendemos la agroecología como; un conjunto de prácticas a la vez que un movimiento social.
Como ciencia, el estudio sobre cómo los diferentes componentes del agroecosistema interactúan.
Como un conjunto de prácticas, busca sistemas agrícolas sostenibles que optimizan y estabilizan la producción.
Como movimiento social, persigue papeles
multifuncionales para la agricultura, promueve la justicia social, nutre la
identidad y la cultura, y refuerza la viabilidad económica de las zonas
rurales.
Los agricultores familiares son las personas que tienen las
herramientas para practicar la Agroecología. Ellos son los guardianes reales
del conocimiento y la sabiduría necesaria para esta disciplina. Por lo tanto,
los agricultores familiares de todo el mundo son los elementos claves para la
producción de alimentos de manera agroecológica.
Los 10 elementos de la agroecología
Como herramienta de análisis, pueden ayudar a poner en
practica la agroecología, constituyendo una guía para los encargados de
formular las políticas, los especialistas y las partes interesadas en la
planificación, la gestión y la evaluación de las transiciones agroecológicas.
El objetivo de elcaminocoop.com se basa en transformar el
actual sistema agrícola y alimentario local, orientándonos en los seminarios
que establecieron los siguientes10 elementos.regionales de la FAO sobre
agroecología
Estos 10 elementos están interrelacionados y son interdependientes
Diversidad:
La diversificación es fundamental en las transiciones agroecológicas para garantizar la seguridad alimentaria, así como para conservar, proteger y mejorar los recursos naturales
Incrementar la biodiversidad contribuye a una serie de beneficios de producción, socioeconómicos, nutricionales y ambientales. Mediante la planificación y gestión de la diversidad, los enfoques agroecológicos potencian la prestación de servicios ecosistémicos, en particular la polinización y la salud del suelo, de los que depende la producción agrícola. La diversificación puede aumentar la productividad y la eficiencia en el uso de los recursos al optimizar la cosecha de biomasa y la captación de aguas.
La diversificación agroecológica refuerza la resiliencia
ecológica y socioeconómica mediante, entre otras cosas, la creación de nuevas
oportunidades de mercado. diversos productos, la elaboración de alimentos
locales y el agroturismo, ayuda a estabilizar los ingresos de los hogares.
Un consumo variado de cereales, legumbres, frutas,
hortalizas y productos de origen animal contribuye a mejorar los resultados
nutricionales. Además, la diversidad genética de distintas variedades, razas y
especies es importante a la hora de aportar macronutrientes, micronutrientes y
otros compuestos bioactivos a la alimentación humana. A escala mundial, tres
cultivos de cereales proporcionan casi el 50 por ciento de todas las calorías
consumidas, mientras que la diversidad genética de cultivos, ganado, animales
acuáticos y árboles sigue perdiéndose rápidamente. La agroecología puede
invertir estas tendencias al gestionar y conservar la agrobiodiversidad, además
de responder a la creciente demanda de productos variados que sean
ecológicos.
Creación conjunta e intercambio de conocimientos:
Las innovaciones agrícolas responden mejor a los desafíos locales cuando se crean conjuntamente mediante procesos participativo
La agroecología depende de conocimientos específicos de
cada contexto. No ofrece prescripciones fijas, sino que las prácticas
agroecológicas se adaptan al contexto ambiental, social, económico, cultural y
político.
La creación conjunta y el intercambio de conocimientos
desempeñan un papel fundamental en el proceso de elaboración y puesta en marcha
de innovaciones agroecológicas con miras a abordar los desafíos de los sistemas
alimentarios, en particular la adaptación al cambio climático. A través del
proceso de creación conjunta, la agroecología combina los conocimientos
tradicionales y autóctonos, los conocimientos prácticos de los productores y
comerciantes y los conocimientos científicos mundiales. Los conocimientos sobre
biodiversidad agrícola y la experiencia de gestión de los productores en
contextos específicos, así como sus conocimientos en cuanto a mercados e
instituciones, son absolutamente indispensables en este proceso.
La educación, ya sea formal o informal, es de suma
importancia para el intercambio de las innovaciones agroecológicas obtenidas a
partir del proceso de creación conjunta.
Sinergias
Crear sinergias potencia las principales funciones de los sistemas alimentarios, lo que favorece la producción y múltiples servicios ecosistémicos
La agroecología presta una cuidadosa atención al diseño de
sistemas diversificados que combinen de manera selectiva cultivos anuales y
perennes, ganado, animales acuáticos, árboles, suelos, agua y otros componentes
en las explotaciones y los territorios agrícolas con miras a aumentar las
sinergias en el contexto de un clima cada vez más cambiante.
La cría de ganado y los sistemas de pastoreo extensivo gestionan interacciones complejas entre personas, rebaños de múltiples especies y condiciones ambientales variables, lo que crea resiliencia y contribuye a la prestación de servicios ecosistémicos como la diseminación, la conservación del hábitat y la fertilidad de los suelos.
Al tiempo que los enfoques agroecológicos tratan de aumentar al máximo las sinergias, también se producen compensaciones recíprocas en los sistemas naturales y humanos.
Eficiencia
Las prácticas agroecológicas innovadoras producen más utilizando menos recursos externos
La mayor eficiencia en el uso de los recursos es una
propiedad emergente de los sistemas agroecológicos que planifican y gestionan
detenidamente la diversidad con miras a crear sinergias entre diferentes
componentes del sistema.
Los sistemas agroecológicos mejoran el uso de los recursos
naturales, en especial de los que abundan y son gratuitos, como la radiación
solar y el carbono y nitrógeno de la atmósfera. Mejorando los procesos
biológicos y reciclando la biomasa, los nutrientes y el agua, los productores
pueden utilizar menos recursos externos, lo que reduce los costos y los efectos
ambientales negativos de su uso. En última instancia, reducir la dependencia de
los recursos externos empodera a los productores aumentando su autonomía y su
resiliencia ante las perturbaciones naturales o económicas.
Una manera de medir la eficiencia de los sistemas
integrados es utilizando la relación equivalente de tierra (LER). La LER
compara los rendimientos de los cultivos de dos o más componentes (por ejemplo,
cultivos, árboles y animales) con los que se obtienen al cultivar los mismos
componentes en monocultivos. Los sistemas agroecológicos integrados a menudo
demuestran LER más altas.
En consecuencia, la agroecología promueve sistemas
agrícolas con la diversidad biológica, socioeconómica e institucional y el
ajuste al tiempo y el espacio que se necesitan para apoyar una mayor
eficiencia.
Reciclaje
Reciclar más significa una producción agrícola con menos costos económicos y ambientales
El desperdicio es un concepto humano: en los ecosistemas
naturales no existe. Al imitar los ecosistemas naturales, las prácticas
agroecológicas favorecen los procesos biológicos que impulsan el reciclaje de
los nutrientes, la biomasa y el agua de los sistemas de producción, con lo que
se aumenta la eficiencia en el uso de los recursos y se reduce al mínimo el
desperdicio y la contaminación.
El reciclaje puede llevarse a cabo tanto en las
explotaciones agrícolas como en los territorios a través de la diversificación
y la creación de sinergias entre diferentes componentes y actividades.
El reciclado reporta múltiples beneficios al cerrar los
ciclos y reducir el desperdicio, lo que se traduce en una menor dependencia de
los recursos externos y esto, a su vez, aumenta la autonomía de los productores
y reduce su vulnerabilidad a las perturbaciones del mercado y el clima.
Reciclar materiales orgánicos y subproductos encierra enormes posibilidades en
lo que a innovaciones agroecológicas se refiere.
Resiliencia
Mejorar la resiliencia de las personas, las comunidades y los ecosistemas es fundamental para lograr sistemas alimentarios y agrícolas sostenibles
Los sistemas agroecológicos diversificados son más
resilientes, esto es, tienen una mayor capacidad para recuperarse de las
perturbaciones, en particular de fenómenos meteorológicos extremos como la
sequía, las inundaciones o los huracanes, y para resistir el ataque de plagas y
enfermedades.
Gracias a que mantienen un equilibrio funcional, los
sistemas agroecológicos tienen mayor capacidad de resistir el ataque de plagas
y enfermedades. Las prácticas agroecológicas recuperan la complejidad biológica
de los sistemas agrícolas y promueven la comunidad necesaria de organismos que
interactúan entre sí para autorregular los brotes de plagas. En la escala del
territorio, los territorios agrícolas diversificados tienen un mayor potencial
para contribuir a las funciones de control de plagas y enfermedades.
Los enfoques agroecológicos pueden igualmente mejorar la
resiliencia socioeconómica. A través de la diversificación y la integración,
los productores reducen su vulnerabilidad en caso de que falle uno de los
cultivos, especies de ganado u otro producto. Reduciendo la dependencia de los
insumos externos, la agroecología puede reducir la vulnerabilidad de los productores
al riesgo económico. La mejora de la resiliencia ecológica va unida a la mejora
de la resiliencia socioeconómica; al fin y al cabo, los seres humanos son parte
integrante de los ecosistemas.
Valores humanos y sociales
Proteger y mejorar los medios de vida, la equidad y el bienestar social es fundamental para lograr sistemas alimentarios y agrícolas sostenibles
La agroecología hace especial hincapié en los valores
humanos y sociales, tales como la dignidad, la equidad, la inclusión y la
justicia, que contribuyen todos ellos a la dimensión de los ODS relativa a la
mejora de los medios de vida. Sitúa las aspiraciones y necesidades de los
productores, distribuidores y consumidores de alimentos en el centro de los
sistemas alimentarios. Fomentando las capacidades de autonomía y adaptación
para gestionar sus agroecosistemas, los enfoques agroecológicos dotan a las
personas y comunidades de los medios para superar la pobreza, el hambre y la
malnutrición, al tiempo que promueven los derechos humanos, como el derecho a
una alimentación adecuada, así como la gestión ambiental, de modo que las
generaciones futuras puedan también llevar una vida próspera.
La agroecología se propone abordar las desigualdades de
género mediante la creación de oportunidades para las mujeres. A escala
mundial, las mujeres constituyen casi la mitad de la fuerza de trabajo
agrícola. También desempeñan una función crucial en la seguridad alimentaria de
los hogares, la diversidad alimentaria y la salud, así como en la conservación
y utilización sostenible de la diversidad biológica. A pesar de esto, las
mujeres siguen encontrándose económicamente marginadas, son vulnerables a
violaciones de sus derechos y sus contribuciones siguen a menudo sin
reconocerse25. La agroecología puede ayudar a las mujeres rurales de la
agricultura familiar a alcanzar un mayor grado de autonomía mediante la
promoción de los conocimientos, la acción colectiva y la creación de
oportunidades para la comercialización. Asimismo, puede abrir espacios para que
las mujeres sean más autónomas y empoderarlas en los hogares, las comunidades y
a mayor escala, por ejemplo, a través de la participación en grupos de
productores. La participación de las mujeres es fundamental para la
agroecología y, con frecuencia, son estas las encargadas de los proyectos de
agroecología.
En muchos lugares del mundo, los jóvenes del medio rural se
enfrentan a una crisis de empleo. La agroecología brinda una solución
prometedora como fuente de trabajo decente. Se basa en una producción agrícola
diferente que es favorable al medio ambiente, socialmente responsable e
innovadora y que requiere un gran volumen de conocimientos y depende de mano de
obra cualificada. Entretanto, la juventud rural de todo el mundo tiene energía,
creatividad y un deseo de lograr cambios positivos en su mundo. Lo que
necesitan es apoyo y oportunidades.
Como paradigma sobre el desarrollo sostenible que parte
desde la base, la agroecología dota a las personas de los medios para que se
conviertan en sus propios agentes del cambio.
Cultura y tradiciones alimentarias
Mediante el apoyo a unas dietas saludables, diversificadas y culturalmente apropiadas, la agroecología contribuye a la seguridad alimentaria y la nutrición al tiempo que mantiene la salud de los ecosistemas
La agricultura y la alimentación son componentes esenciales del patrimonio de la humanidad. Por tanto, la cultura y las tradiciones alimentarias cumplen un papel social fundamental, así como a la hora de moldear el comportamiento humano. No obstante, en muchos casos, nuestros sistemas alimentarios actuales han creado una desconexión entre los hábitos alimentarios y la cultura. Esta desconexión ha contribuido a una situación en la que coexisten el hambre y la obesidad en un mundo que produce alimentos suficientes para alimentar a toda su población. Globalmente, casi 800 millones de personas sufren hambre crónica y 2 000 milliones, carencias de micronutrientes. Mientras tanto, se ha producido un aumento descontrolado de la obesidad y las enfermedades relacionadas con la dieta; 1 900 millones de personas tienen sobrepeso o son obesas y las enfermedades no transmisibles (por ejemplo, el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y la diabetes) son la causa principal de la mortalidad mundial. Para corregir los desequilibrios de nuestros sistemas alimentarios y avanzar hacia la erradicación del hambre en el mundo, no basta con solamente aumentar la producción.
La agroecología desempeña un papel importante con vistas a volver a lograr un equilibrio entre la tradición y los hábitos alimentarios modernos, uniéndolos de una manera armoniosa que promueva la producción y el consumo de alimentos saludables y respalde el derecho a una alimentación adecuada. En este sentido, la agroecología busca cultivar una relación saludable entre las personas y la alimentación.
La identidad cultural y el sentimiento de pertenencia están
estrechamente unidos a los territorios y los sistemas alimentarios. Habida
cuenta de que las personas y los ecosistemas han evolucionado juntos, las
prácticas culturales y los conocimientos indígenas y tradicionales ofrecen una
extensa experiencia que puede servir de inspiración para las soluciones
agroecológicas. Tomando este cúmulo de conocimientos tradicionales como guía,
la agroecología puede ayudar a materializar el potencial de los territorios
para mantener a sus poblaciones.
Gobernanza responsable
Para lograr una alimentación y una agricultura sostenibles es necesario adoptar mecanismos de gobernanza responsables y eficaces a diferentes escalas, de la local a la nacional y la mundial
La agroecología requiere una gobernanza responsable y
eficaz para respaldar la transición a sistemas alimentarios y agrícolas
sostenibles. Se necesitan mecanismos de gobernanza transparentes, inclusivos y
basados en la rendición de cuentas para crear un entorno favorable que ayude a
los productores a transformar sus sistemas siguiendo conceptos y prácticas
agroecológicos.
La gobernanza de la tierra y los recursos naturales es un
ejemplo excelente. La mayor parte de las poblaciones rurales pobres y
vulnerables del mundo depende en gran medida de la biodiversidad terrestre y
acuática y los servicios ecosistémicos para su sustento; en cambio, carecen de
un acceso seguro a estos recursos. La agroecología depende del acceso equitativo
a la tierra y los recursos naturales: es clave para la justicia social, pero
también para incentivar las inversiones que deben realizarse a largo plazo para
proteger los suelos, la biodiversidad y los servicios ecosistémicos.
La mejor manera de promover la agroecología es adoptando
mecanismos de gobernanza responsables a diferentes escalas. Muchos países ya
han formulado leyes, políticas y programas a escala nacional que recompensan
modelos de gestión agrícola que mejoran la biodiversidad y la prestación de
servicios ecosistémicos. La gobernanza comunitaria y a escala territorial, como
por ejemplo los modelos de gobernanza tradicionales y consuetudinarios, es
extremadamente importante a la hora de fomentar la cooperación entre los
diferentes actores, maximizando las sinergias y minimizando las contrapartidas.
Economía circular y solidaria
Las economías circulares y solidarias que reconectan a productores y consumidores ofrecen soluciones innovadoras para vivir dentro de los límites de nuestro planeta y, al mismo tiempo, afianzan las bases sociales para él
La agroecología busca volver a conectar a productores y
consumidores a través de una economía circular y solidaria en la que se dé
prioridad a los mercados locales y se apoye el desarrollo económico local creando
círculos virtuosos. Los enfoques agroecológicos promueven soluciones justas
basadas en las necesidades, los recursos y las capacidades locales y crean
mercados más equitativos y sostenibles. Fortalecer los circuitos alimentarios
cortos puede incrementar los ingresos de los productores de alimentos al tiempo
que mantiene un precio justo para los consumidores. Algunos de estos circuitos
son los nuevos mercados innovadores, además de los mercados territoriales más
tradicionales, donde la mayoría de los pequeños productores comercializan sus
productos.
Las innovaciones sociales e institucionales desempeñan un
papel fundamental en el fomento de la producción y el consumo agroecológicos
Reformular los sistemas alimentarios sobre la base de los principios de la economía circular puede ayudar a hacer frente al desafío del desperdicio mundial de alimentos al acortar las cadenas de valor de los alimentos y aumentar la eficiencia en el uso de los recursos. Actualmente, una tercera parte de todos los alimentos producidos se pierde o desperdicia, con lo que no se contribuye a la seguridad alimentaria y la nutrición y se agravan las presiones sobre los recursos naturales. La energía utilizada para producir alimentos que se pierden o desperdician representa aproximadamente el 10 por ciento del consumo energético mundial total y la huella del desperdicio de alimentos equivale a 3,5 Gt CO2 de emisiones de gases de efecto invernadero al año
Esperamos tus comentarios y aportes entorno a los elementos en los que prioriza la agroecología, compartir es una forma de ponerte en marcha y comprometerte como persona activa en el tema agrario y social para abordar el futuro.
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