Píldoras formativas, 9. ARADOS, MATERIA ORGÁNICA, MICROORGANISMOS Y MINERALES
Píldoras formativas.
A tenor de las recientemente celebradas, Jornadas Agroecológicas elcaminocoop, en el Sur del Estado (Provincias de Málaga y Granada), es un placer poder compartir con todas las personas interesadas en la agroecología, algunos de los interesantes momentos vividos durante el desarrollo de las jornadas, y que pensamos servirán con información de valor.
Al hablar de fertilidad de la tierra debemos tener en
cuenta los procesos que de manera natural se dan en nuestros suelos. Analizando
los sistemas de autogestión que desarrollan bosques autóctonos y naturales
encontramos un fundamento básico:
al caer las hojas de los árboles se crea un mantillo que cubre el suelo de dichos bosques, estas hojas (materia orgánica) se descomponen gracias a los microorganismos que la transforman (se la comen) en nutrientes y minerales disponibles para su consumo por parte de las raíces del arbolado.
De esta manera se consigue fertilizar la tierra de manera
natural, conservar la humedad bajo el mantillo, cubrir la tierra frenando los
impactos del sol y las temperaturas ya sean altas o bajas y cerrar el ciclo.
Esta vía de autogestión de fertilidad y conservación de humedad que tienen los
bosques de manera natural es la vía que nos interesa replicar en nuestros
suelos agrícolas y ganaderos.
Los sistemas de labranza, ya sea mecanizada o manual, se
han usado durante miles de años.
Hay varios tipos de aperos al respecto, cada uno con sus
funciones concretas.
El primer aspecto a tener en cuenta es evitar arados y técnicas de volteo de tierra.
Éstos, habitualmente, tienen como objetivo
enterrar la materia orgánica en superficie para conseguir fertilidad y acumulación
de agua en el subsuelo. En principio puede parecer una buena idea, aunque en realidad
no lo es.
Al voltear el suelo rompemos las cadenas de microorganismos
que son los que transforman esa materia orgánica en nutrientes para nuestros
cultivos. Por esta razón, al voltear la tierra rompemos los ciclos naturales de
trabajo y vida de los microorganismos y hacemos un flaco favor a nuestros
suelos, pues ponemos trabas a los microorganismos que nos ayudan a terminar el
proceso de fertilidad que buscamos.
Así que aperos como subsoladores, gradas,… pueden ser
recomendables en situaciones puntuales como, por ejemplo:
- Airear suelo arcilloso compactado para permitir que el agua se infiltre en el subsuelo
- Regenerar un suelo quemado por los manejos anteriores (herbicidas, fertilizantes de síntesis, uso excesivo de maquinaria, sobrepastoreo,…) mediante la implantación de cultivos mejorantes
- Recomendable tener siempre en cuenta que la maquinaria, a veces necesaria para grandes superficies, debe tener un uso limitado por razones como:
- Evitar compactación de suelos por el peso y el exceso de uso
- Altas necesidades de inversión y baja capacidad de amortización
- Subida del precio de combustibles, aperos y repuestos
- Desvinculación del agricultor y los ciclos naturales, que son los más eficientes a nivel energético (estamos ante una grave crisis energética)
Por lo tanto, maquinaria sí, pero para momentos y actividades muy puntuales
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